Escribas de nuevo tipo o la Biblia desde la robótica.


La historia humana ha incorporado la Biblia como un protagonista socio cultural de importancia: sus múltiples libros, el Antiguo y el Nuevo Testamento, son referencia obligada en muchas culturas, y ha sido estudiada desde los más diversos puntos de vista. 

Suele ser un libro mantenido con devoción, y cuenta con ediciones de todo tipo (lujosas o humildes), incluso el libro que marcó la puesta en marcha de las imprentas mecánicas (el invento de Gutenberg) fue -justamente- la Biblia. Sigue siendo el libro más vendido y el más traducido de todos los tiempos.
Inicialmente se producían manualmente, por los escribas que -protegidos y mantenidos por la Iglesia- hacían una copia tras otra de sus casi 800 000 palabras (773 6924 en algunas versiones y 783 137 en otras)

De hecho, la propia creación y distribución de las copias ha sido considerada un verdadero acto de fe, e incluso se cuenta actualmente con múltiples versiones en soporte digital que han facilitado su acceso a grandes masas de público.

No obstante…la creatividad de la mente humana suele violentar los límites: cuando Gutenberg puso en funcionamiento sus aparatos para imprimir, y la reproducción de los textos pasó a ser algo muy simple, la humanidad dio por terminado el papel de los escribas. La lentitud de este esquema de producción de libros no justificaba su supervivencia, la impresión masiva garantizaba menor costo unitario, y mayor facilidad a la hora de socializar el conocimiento.

La generación superior de estas imprentas, pero a nivel doméstico, fueron las impresoras, variante ligera pero con enorme facilidad de acceso, que mejoraron su calidad a niveles que compiten con las fotografías convencionales, y logrando precios cada vez menores. Pero…es cierto que se perdió cierto romanticismo en todo este proceso de creación de libros con el uso de las ”nuevas” herramientas tecnológicas.

Y tal vez de aquí surgió la idea: Matthias Gommel, Martina Haitz y Jan Zappe, unidos en ROBOTLAB han creado una especial mezcla entre fe y progreso técnico. Utilizando un robot de fabricación alemana, modelo KR16, un kilómetro de papel (63 cm de ancho) y un litro de tinta van a escribir el texto de… la Biblia. La primera experiencia se realizó en Sevilla, en el año 2008 ().

Comenzando con el Antiguo Testamento y los libros de Moisésbios [Biblia]” (nombre de la acción o instalación, según sus autores) en esta nueva presentación, el robot, con base en un contenedor industrial de siete metros de largo, producirá, ante la puerta de la catedral de Tréveris (oeste de Alemania), en 11 meses de manera continua, todo el libro; los 66 libros de la Biblia serán escritos en rollos y luego almacenados y presentados en la biblioteca de la instalación. 

Y con este extenso accionar -posiblemente- los miembros de ROBOTLAB están rindiendo tributo, desde las tecnologías, a aquellas manos que permitieron los primeros intentos de socialización de ideas y conocimientos en forma de textos e imágenes. Sin lugar a dudas, los actuales libros electrónicos mucho deben a aquellos momentos iniciales.


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