Crowdsourcing o soluciones colectivas.

La humanidad, enfrentada -desde su surgimiento- a la imperiosa lucha por la supervivencia, ha ido adaptando sus conductas según las experiencias alcanzadas en el contacto con el mundo que la rodea, o sea, su escenario particular de desarrollo.

Los avances han sido muchos, y de variada índole, desde -el tal vez más importante de todos- el control del fuego, gracias al cual según algunos autores, pasamos a una dieta superior en que el cerebro pudo encontrar las fuentes de energía necesaria para desarrollarse acorde a las exigencias que se le hacían en una sociedad cada vez más compleja, hasta entender los detalles de algunos fenómenos que la rodeaban, como fueron los exitosos casos de los descubrimientos de las causas de enfermedades convertidas en verdaderos azotes -peste bubónica, fiebre amarilla, entre otras tantas-.

La lista de avances creció y creció, llegando a la electricidad, el diseño y construcción de aparatos para volar, flotar o movernos bajo el agua, movernos a gran velocidad sobre la superficie terrestre, controlar ciertas formas de energía nuclear, aprovechar la energía solar, la contenida en mares ,ríos y hasta en el propio aire.

Los teléfonos, la televisión y las computadoras han sido, por su parte, especiales protagonistas de estos últimos años, permitiendo convertir a la humanidad de un conjunto de grupos humanos inicialmente inconexos, en un sistema de comunidades interconectadas, derivándose de aquí uno de los más importantes logros de la actualidad, que no es otro que el libre fluir de la información derivada del conocimiento de nuestros escenarios.

¿Cuál fue un factor común de todos estos avances y realizaciones?

Sin lugar a dudas, EL TRABAJO, que permitió la generación de cuanto detalle hoy nos rodea y nos permite avanzar -con más o menos tino- a la búsqueda de nuevas soluciones a los problemas que, entre paréntesis, siguen estando ahí, algunos sobrevivientes, otros nuevos, surgidos -incluso- dentro del propio trabajo.

Pues bien, a este tema (el trabajo) y a algunas modalidades recién aparecidas, vamos a dedicar el comentario de hoy.



En el diccionario VOX, en su versión digital, encontramos algunas definiciones sobre el término trabajo y algunas de sus derivaciones que nos parecen especialmente útiles para nuestro fin.

Trabajar: Aplicarse uno física o mentalmente a la ejecución de alguna cosa o por conseguir algo.
Trabajo: Esfuerzo humano para la producción de riqueza, según la teoría marxista, fuente esencial del valor.

En esta misma línea, Carls Marx plantea en 1849, en su escrito titulado Trabajo Asalariado y Capital que “La fuerza de trabajo es, pues, una mercancía, ni más ni menos que el azúcar,. Aquella se mide con el reloj, esta con la balanza”. Entiéndase fuerza de trabajo justamente la capacidad, el potencial de hacer algo, desarrollar una actividad productiva que tiene un individuo.

Ahora mismo alguien puede estarse preguntado ¿Y aquí que pasó?¿Qué tiene que ver todo esto con CONTEXTO DIGITAL, un programa supuestamente dedicado a moverse por temas tecnológicos de actualidad? Tranquilos, ya verán por donde andamos….

Dentro de esta especial actividad creadora, el trabajo, se entremezclan diversos conceptos, como el de materia prima, mano de obra, conocimientos necesarios e…instrumentos, ejemplos frecuentemente clásicos de la aplicación de diversos avances de las ciencias a la construcción de herramientas que faciliten….el trabajo.

En este sentido, las tecnologías que han facilitado nuestras labores han sido muchas, desde el primitivo control del fuego, que permitió endurecer las puntas de las flechas con que sustentar la alimentación, hasta la imprenta, la máquina de vapor -para muchos un hito definitorio en la historia humana- que permitió el aumento de la producción de ciertos bienes, la electricidad, que nos libró de la realización de trabajos de fuerza generalmente extenuantes y aburridos, por lo repetitivos, en fin…

Desde este punto de vista, indiscutiblemente el desarrollo de las tecnologías ha influido positivamente en el logro de la supervivencia, objetivo principal de cualquier especie.

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Sin embargo, si continuamos hurgando en los detalles de estas relaciones entre avances tecnológicos convertidos en herramientas y el hombre trabajador, podremos encontrar algunas realidades algo desconcertantes, previstas ya por distintos pensadores que anticiparon situaciones similares.

Partimos del supuesto -ahora verán por qué el uso del término supuesto- de que un avance tecnológico, convertido en herramienta, debe venir a facilitar nuestro trabajo y resultar en beneficio de todos.

Pues bien, justamente la aparición y desarrollo de nuevos instrumentos de trabajo de diversa índole han tenido, efectivamente, un impacto directo en los procesos productivos, permitiendo elevar el monto de los resultados incluso…por encima de las necesidades sociales, y por tanto, han aparecido problemas no previstos inicialmente, como es el caso de la saturación de la demanda - léase ya no se necesitan tanta cantidad de una cierta producción- y por tanto, sobra producción, bajan los precios de los productos y por ende disminuyen las ganancias, y todo esto se convierte -junto a otras causas igualmente importantes- en un actual azote de la sociedad humana del siglo 21: el desempleo.

Este es un tema -el desempleo y sus variantes de sub empleo- especialmente sensible, no es solo parte de reportes estadísticos difíciles de entender. Actualmente existen en el mundo -si damos crédito a informes de organismos internacionales como la (OIT) Organización Internacional del Trabajo) más de 230 millones de desempleados.

Solo como referencia, Brasil tiene una población total de 190 millones de habitantes, Rusia 141 millones, Alemania 85, Vietnam 82,Italia 58…

Estamos hablando de muchas personas que no encuentran en el trabajo la necesaria fuente de recursos para alcanzar la supervivencia, el sustento y el desarrollo. Esto deriva en complejas situaciones individuales, familiares y sociales, siendo generador de estados de ánimo negativos, pérdida de confianza personal y social, posturas inadecuadas desde el punto de vista de la ética y la moral imperante, en fin…

Por lo tanto, le invito a desarrollar conmigo el siguiente análisis:

Para la satisfacción de una determinada necesidad social, ha de realizarse un cierto trabajo, que conlleva generalmente esfuerzos importantes de diversa índole -físicos, mentales- que pueden desgastar a los humanos que los realicen, y por tanto, el desarrollo y uso de herramientas que faciliten estas labores resultan una nueva necesidad en sí misma.

Cuando se logre la confección del nuevo instrumento y se aplique correctamente, los humanos saldremos doblemente beneficiados: por un lado no tenemos que desgastarnos excesivamente en el trabajo, y conseguimos resultados crecientes en los procesos productivos encaminados a satisfacer la necesidad de origen.

Pero, y este es un pero BIEN SERIO, esta historia puede también tener una secuela oscura, cuando sobren trabajadores, al alcanzar lo producido por un reducido grupo -con las herramientas adecuadas- a satisfacer la demanda social!

Este no es un problema a resolverse desde las tecnologías, nada de eso, la cosa no está en frenar el desarrollo de herramientas cada vez más efectivas, que logren librar al hombre de tareas agobiantes, repetitivas y extenuantes.

Este tema ha de enfrentarse -al menos- desde un enfoque social y político que permita obtener beneficios de esta fuerza de trabajo que ahora puede dedicarse a tareas igualmente encaminadas a satisfacer otras exigencias sociales.

Sin embargo, esta realidad -el desempleo-nos acompaña todavía, y se ve reforzada -de alguna forma- por nuevas prácticas derivadas de la inter conectividad lograda gracias a las redes informáticas y de telecomunicaciones.

La denominada crowdsourcing es un caso. Veamos en qué consiste.

Supongamos que existe un problema cuya solución es necesaria para continuar el desarrollo, y que no se ha podido resolver por los medios convencionales a disposición de una determinada empresa. Pues bien, el problema es “colocado en la red”, solicitando a cualquiera que pueda ofrecer una solución viable que la haga conocer, por lo que será premiado con muy tentadores montos de dinero contante y sonante.

De esta forma, la solución del citado problema pasa a ser objeto de investigación de unos pocos empleados de una empresa (que reciben un salario estable por este trabajo), a -potencialmente- millones de personas, recuérdese que a diario navegan por la red más de 1600 millones de personas!.

Tanto grandes corporaciones como pequeñas empresas e incluso prestigiosas instituciones como el MIT (Instituto Técnico de Massachusetts), recurren cada vez con mayor frecuencia a esta práctica, para abaratar los costes de sus departamentos de investigación y desarrollo, apoyándose en una red de anónimos solucionadores de problemas, que se articula a través de concurridas páginas web. Existen portales en internet especializados en estas prácticas de obtener soluciones de forma colaborativa

La estrategia del crowdsourcing resulta entonces en una paradoja : es bueno utilizar el saber de muchos en función de lograr una solución a un problema acuciante, pero….da pie a un nuevo tipo de conflicto, cuando las personas dediquen recursos y tiempo en función de alcanzar un resultado, pero de forma riesgosa, pueden no alcanzar la meta en el tiempo previsto, y perder toda la inversión hecha durante el fallido proceso de investigación y producción de un determinado resultado.

No debe tampoco olvidarse que la “novedosa” práctica del crowdsourcing tiene una predecesora, llamada outsourcing, consistente en encargar los trabajos necesarios para una empresa a personas u organizaciones fuera de ella, a los efectos de abaratar los costos, al utilizar mano de obra e instalaciones más económicas -que no necesariamente de menor calidad-.


Es por esto que usted puede haber tenido la experiencia de abrir un equipo cualquiera, por ejemplo de fabricación supuestamente “japonesa”, y encontrarse que en su interior está compuesto por un verdadero muestrario de nacionalidades bien distantes a la de la “casa matriz”, usualmente países con menor desarrollo y que suelen tener mano de obra bien calificada pero mal remunerada que resulta beneficiada por estas prácticas -se le ofrece trabajo estable para una empresa poderosa- aunque se le pagan salarios inferiores a los del país de origen (Japón en este caso).

Por otra parte, a los trabajadores japoneses no le interesan estas soluciones, pues potencialmente pueden quedar desempleados al “importarse” la mano de obra necesaria para las producciones de su empresa empleadora.

Para colmo, tanto usted como yo queremos obtener los mejores productos, a los menores precios, por tanto, bien que nos vienen los resultados de algunas de estas estrategias.

Menudo problema!!

Algunas crisis de fe que acompañan a diversas realizaciones en la red pueden tener, desde este complicado punto de vista, ciertas justificaciones, al encontrarnos que solo una inteligente estrategia de uso y explotación de las nuevas herramientas y sus repercusiones pueden resultar -a la corta y a la larga- en beneficios a la sociedad en general, por encima de ciertos intereses individuales o de limitados grupos sociales.

Sin embargo, aún cuando estos problemas abundan y la cifra de desempleados crece de forma no controlada, agobiando a enormes grupos humanos, algunas empresas participantes en todas estas nuevas estrategias productivas se enfrascan en grandes batallas invirtiendo enormes cifras de dinero, utilizan montañas de tecnologías “de punta”, financian a grandes equipos de investigadores, todo con el objetivo -no de solucionar estos problemas tan acuciantes, nada de eso- sino de…desplazar a otras empresas de la competencia en determinados mercados.

… ya veremos….

1 comentario:

Yosvany Cientoveinte dijo...

Profe Bris, no encuentro su perfil en facebook ni su email. Mientras, he incluido su programa en mi grupo Universidad para Todos: http://www.facebook.com/group.php?gid=299314152166
Contamos con Usted para desarrollar nuestra intrAnet nacional.
Saludos. Yosvany Deyá