Pensamiento y Computadoras...3ra parte y final.

La omnipresencia de las computadoras en nuestra cotidianidad, adoptando las más diversas formas y funciones, nos han llevado a considerarlas como un participante más de nuestro contacto con la realidad, con el medio en que se desenvuelve nuestra vida.

A veces hasta da un poco de miedo, es que cada vez son más poderosas, más rápidas, más precisas, más…inteligentes ¿no?….Pero, nos alivia pensar que no, que -como diría la conocida frase- la computadora es el estúpido rápido, y el hombre… el inteligente lento…

Y surgió una pregunta, tal vez una PREOCUPANTE pregunta, que nos hacemos en voz baja para no parecer ridículos, y a la que venimos prestando atención desde algún tiempo: ¿llegarán a pensar las computadoras?

A concluir esta primera aproximación al tema vamos a dedicar el comentario de hoy.

Ya les estuve bosquejando, días atrás, que en lo personal confío en la potencialidad de la sociedad humana para lograr, a través del estudio, la investigación científica sistemática y continuada, llegar al conocimiento. De TODO, absolutamente TODO lo que se proponga y a lo que se dedique. Desentrañar el por qué de las cosas es solo cuestión de tiempo, estudio, investigación, coordinación, recursos y ahincó. Con esto NO QUIERO DECIR que sea simple, ni que vamos a lograr el conocimiento de todo en un breve tiempo, fácilmente, nada de eso. Pero, y esta si es una declaración de principios, LO VAMOS A LOGRAR, no tengamos dudas. Tal vez NO en nuestra generación…¡pero lo conseguiremos!

Por tanto, SI, la sociedad humana, un día, va a conocer el cómo el hombre piensa, cuáles son los recursos de toda índole involucrados en el logro de eso que llamamos pensar. Lo va a poder modelar, explicar. Esto no significa excluir ninguna de las aristas que ya hoy son reconocidas en este tema : la repercusión de las prácticas socio culturales, la influencia de la familia, la escuela, las tradiciones de un grupo social determinado, la influencia determinante del contacto con la realidad circundante.

Va a ser, indudablemente, un enorme sistema de ecuaciones -por decirlo de alguna forma- pero si, se va a poder describir, no habrá cabida para una participación de poderes sobrenaturales, de seres todopoderosos, únicos habilitados para crearlo, entenderlo y -llegado el momento- eliminarlo. Sabemos que en relación a este planteamiento pueden haber otros enfoques, y por eso lo hacemos con respeto a la diversidad de opiniones, pero considero importante dejarlo planteado de inicio. 

Por el otro lado, si las computadoras son nuestra creación, nada obstaculizará el que las pongamos a hacer lo que hayamos aprendido sobre el pensamiento. Y por tanto…habría que ver qué sucedería, y somos optimistas en este sentido, nada que ver con la película La Matríz, oscura versión del desarrollo tecnológico y el arribo a un futuro de antagonismos y aniquilación hombre-máquina.

Ahora mismo estamos asistiendo al lanzamiento de un nuevo eslabón en la creación tecnológica, algo llamado MENRISTOR. Este es un invento de la década de los 70 del siglo pasado que parece venido a dar un apoyo significativo en esta línea, cuando -al decir de sus fabricantes un grupo de  investigadores de la Universidad de Michigan - "En el futuro cercano podremos usar los memristores para fabricar computadores verdaderamente parecidos a cerebros", señalaron, a la vez que mostraban que los instrumentos concebidos con estos nuevos componentes podían imitar -en alguna medida- la actividad de las sinapsis de las neuronas en el cerebro.

Bueno, está bien, vamos a seguirnos moviendo en las suposiciones, y a considerar que, efectivamente, llegaremos a desentrañar los detalles del pensamiento humano, logrando entonces modelar un sistema semejante al cerebro, y soportarlo en una computadora. Podemos -entonces- preguntarnos, ¿Habrá Riesgos en esta osada creación?

Una hipótesis posible sería el considerar que si el hombre desarrolla una computadora (o como se le quiera llamar) que interactúe con la realidad objetiva circundante, incluyendo otras computadoras y también seres humanos, y refleje en ella este medio, integrando sensaciones en percepciones, convirtiéndolas en experiencia, pues… habría que ver ¿cómo enfocar esta nueva situación….?

Pero, esta hipótesis nos lleva a otra : si lo que determina nuestro reconocimiento como seres superiores son esta mezcla de esperanzas, temores, creencias, valores y memorias, ¿interesa el portador?¿solo se es humano si el portador es de carne y hueso?

¿Acaso si la máquina reflejara al igual (o mejor) que nosotros el mundo que la rodea, interactuara con él, lo adaptara a sus necesidades, acumulara conocimientos a partir de sus propias experiencias, se relacionara con otras semejantes, usara un lenguaje, creara otras máquinas…le otorgaríamos el derecho de la duda? ¿No se parece esta situación a la planteada en la tesis central de la película El hombre Bicentenario, interpretada por Robín Williams, a partir de la obra de Issac Asimov?

¿O seguiríamos aferrados a la respuesta –con matices de desespero místico- de que el creador de la máquina, el hombre, es y será el único ser pensante posible? ¿O inauguraríamos una nueva entrada en el listado de las hechos imposibles?

Bien. Como otros tantos temas, este no parece tener fin, e incluso puede que sea conveniente que no lo tenga, que nos haga sentir dudas, que marque zonas de ignorancia que deban ser atendidas por el estudio, la investigación, la meditación. Sin dudas, volveremos sobre él, y los invitamos a compartir sus ideas con nosotros a través de la correspondencia.

Una última observación: no importa qué respuesta brindemos ante la pregunta inicial, pero la afirmación de que NUNCA LAS COMPUTADORAS PODRAN PENSAR parece apuntar más a la incapacidad del hombre que a la de su herramienta . ¿No les parece?

Hay algo que si resulta irrefutable : dentro del entorno real que hoy día refleja el pensamiento humano, las computadoras están siendo protagonistas muy activas, cuándo no las vemos explícitamente, ocultas a ex profeso por sus creadores, o cuando, como es el caso de los actuales equipos para juegos electrónicos, se les ven muy bien, tentándonos a pasar horas y más horas frente a artilugios que, en ocasiones pueden llegar a ser categorizados como “diabólicos” usando términos propios de la inquisición y las cacerías de brujas.

Pero esta no es la intención, ustedes lo saben. El tema que les propongo es analizar una arista del mundo informático del siglo XXI donde el hombre se esfuerza por lograr que su herramienta actué bajo patrones de conducta “inteligentes”.

Ya veremos.

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