El clic: esa nueva unidad de medida.



Todo ha cambiado: la forma en que nos comunicamos, cómo interactuamos con el medio, cómo buscamos la información necesaria, qué consideramos nuestro “colectivo”, nuestros “contactos”, hasta nuestra valoración de la intimidad (contraparte ahora del concepto extimidad, concepto atribuido al psicoanalista francés Jacques Lacan, aunque usado con un significado diferente ).

El humano -en su desarrollo- ha optado por el movimiento como parte de su subsistencia. ¿Aumenta el frío? Vamos en busca de zonas tropicales. ¿Disminuyen los pastos para alimentar el ganado? Nos movemos a zonas inexploradas, a la búsqueda de mejor situación. ¿Escasea el trabajo? Nos enrolamos en viajes al otro extremo del mundo, como diría el poeta, “ …a descubrir y a fundar”.

La capacidad de explorar lo desconocido a la búsqueda de soluciones y mejoras, continúa hoy día: viajamos al interior de nuestro planeta, nos vamos al espacio exterior, enviamos naves sin regreso, que nos enviarán información sobre partes “oscuras” del universo. La distancia a que -potencialmente- puede encontrarse la solución a nuestras interrogantes no nos amilana, aunque -a veces- puede tornar inoperante la búsqueda de una determinada solución.

Es por esto -tal vez- que la humanidad se querelló contra las distancias: primero empedró los senderos, calzó los pies de los caminantes, domó el caballo, construyó carruajes, les puso motor, muelles, aire acondicionado, alas…y después, como colofón, inventó INTERNET.

Definitivamente, la red ha acortado las distancias entre humanos:
Lo que antes nos hacía desplazarnos, consumir recursos y energías, ahora lo resolvemos “en la red”. Hablamos, vemos y nos ven, coordinamos acciones en función de intereses colectivos, trabajamos, nos intercambiamos archivos de todo tipo, con tanta facilidad que…ya no está gustando tanto, y hay grandes querellas entre aquellos acostumbrados a tener el poder sobre las comunicaciones y -obviamente- enriquecerse a costa de esto, pero no, ese es otro tema.

Gracias a estos dramáticos cambios, a estas nuevas prácticas sociales, hemos cambiado también la forma de medir nuestras acciones. Si antes hablábamos en kilómetros, metros y otras unidades lineales, ahora el desplazamiento en la red se mide en … clics.

Si lo que pretendemos solucionar en la red está a más de 3 clics…bueno, pues ya no lo consideramos algo “cómodo”. Y es que -realmente- el hombre no ha cambiado por igual en todos los sentidos, y en particular en lo relacionado con la conocida “ley del menor esfuerzo”, prácticamente no ha habido alteraciones apreciables.

Léase que si para resolver algo por un “camino” tenemos que dar 3 clics, y eso mismo lo podemos solucionar -moviéndonos en otra dirección- en solo 2…esté usted seguro: todos iremos por el economice acciones. De alguna forma, el esfuerzo que realizan las empresas por aparecer en la primera página de las búsquedas de Google también está relacionado con este asunto: al final las “desafortunadas” que aparecen en la página 2 o las siguientes , están solo a 2 o 3 clics más…pero esto se considera un verdadero desastre.

Por tanto, el “clic” se ha convertido en un argumento de peso a la hora de evaluar la “calidad” de un servicio informático, y esto -al menos- resulta ser otra de las novedades resultantes de esa mezcla de hombres y herramientas a las que llamamos -por facilitar- la red.

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