La vida diaria está repleta de
declaraciones tremebundas: El
mundo termina en 2012, La producción de alimentos no alcanza a cubrir las
necesidades, Se acaba el petróleo, La atmósfera se contamina, Las epidemias se
multiplican…y así, desde estos temores y amenazas, debemos elegir cómo
actuar, qué estudiar, en qué trabajar…
Por último, la herramienta que
nos acompaña desde hace unos cortos 30 años, la computadora, ahora protagoniza
uno de estos infartos informativos: ¡Se acaba la era PC! nos dicen desde
los cintillos de prensa, y esto viene a ser un nuevo motivo de preocupación: ¿cómo
sobrevivir sin las computadoras?¿Sin enciclopedias digitales, editores de
texto, bases de datos, reproductores de música y video, edición de fotografías
y videos?
Además, las declaraciones vienen
de voces impresionantes: "Los sistemas informáticos privados,
construidos y operados por cada compañía son desplazados por servicios
brindados a través de Internet por centrales procesadoras de datos",
nos decía a finales de 2008 Nicholas
Carr,
reconocido especialista del impacto de la informática en el mundo empresarial.
Steve Jobs, el recientemente fallecido CEO
de Apple,
en una conferencia celebrada en junio de 2010 en California, aseguraba que ya estábamos
en la era del fin del PC tradicional. Argumentaba
que los avances en procesadores y chips permitirían que dispositivos ligeros hacer
las tareas habituales de las computadoras de escritorio. “El inicio de la era post-PC es incómodo
pero inevitable”.
Ray Ozzie, uno de los últimos gurús de Microsoft,
anunciaba -al abandonar a
finales de 2010 la empresa- que la compañía debía dejar de estar orientada preferentemente hacia
los ordenadores, centrándose en las posibilidades de los dispositivos
inalámbricos.
La empresa Cisco, especializada en
temas de fabricación, venta, mantenimiento y consultoría de equipos de
telecomunicaciones, en un evento a finales de 2011, presentó varias soluciones
para ayudar a las personas a colaborar más efectivamente en la era "post
PC".
Obviamente, estas son
declaraciones que anuncian más un tránsito que una
desaparición:
si nos fijamos con detenimiento, es cierto que el PC nacido en 1980 ha ido
desapareciendo con el tiempo, perdiendo peso, aligerando su imagen exterior y
fortaleciendo sus habilidades,
desembarazándose de las ligaduras que lo mantenían sujeto al escritorio,
a la oficina y a los tomacorrientes. Y a nadie este proceso lo ha tomado de
sorpresa: es que estamos acostumbrados a la evolución de todo lo que nos rodea,
las herramientas en un lugar privilegiado de esta secuencia de
transformaciones.
Por tanto, viéndolo desde otro ángulo,
la era “post PC” puede ser vista como recientemente
la anunciara Microsoft en una conferencia (julio 2012): una evolución del
formato clásico de la computadora personal, donde ahora la red es la computadora.
Dependemos de la conexión más que de la herramienta que va con nosotros, y
confiamos procesamiento y archivo de datos a sistemas administrados por otros,
supuestamente garantes de la seguridad del conjunto.
Pero…seguimos necesitando una herramienta
(sean computadoras, tablets
o teléfonos) para “asomarnos”
a este nuevo escenario de trabajo al que llaman “la nube” (sistemas de servicios a los que accedemos a
través de Internet, disponibles desde cualquier herramienta y que son
actualizados sistemáticamente).
Y esto -nos dicen- seguirá siendo así hasta la total implantación de la informática “vestible”,
cuando en gafas, ropa, manillas, prendedores, zapatos o sombreros se lleve todo
lo necesario para el intercambio y procesamiento de los datos que necesitemos a
cada paso. Es que…¡después de conocidos algunos conceptos como realidad
aumentada, información ubicua o semejantes…es poco probable que volvamos atrás!
No obstante todas estas “maravillas”…siempre
hay nubarrones: el proceso de miniaturización sufrido por las herramientas sustitutas
del tradicional PC, aunque beneficioso desde ciertos puntos de vista (traslado, manipulación, expresión visual) tiene facetas bien complejas, que se expresan
-especialmente- a los que se van convirtiendo en usuarios
sistemáticos de estos dispositivos.
Hasta ahora, con el PC
tradicional, han existido prácticas cotidianas que permiten “upgradear”
(término no reconocido por la
Academia, como otros tantos del argot informático, sinónimo de perfeccionar, modernizar,
renovar) nuestra herramienta.
¿Necesitamos más espacio para archivar datos?¡Instalamos un nuevo disco duro!¿Requerimos
más memoria RAM?¡Basta comprarla y enchufarla convenientemente!¿Hace falta más
potencia de cálculo?¡Un nuevo procesador viene en camino…!
Sin embargo…nada de esto funciona
así con dispositivos como los tabletPCs: ante cualquier contingencia, lo mismo da
si se agotó la capacidad de recibir carga de las baterías, o necesitamos más
capacidad de procesamiento o se rompió el más mínimo de los componentes, en
todos los casos hay que sustituir la totalidad de la herramienta: comprar
una nueva.
Algo así como electrónica
desechable, la panacea de comerciantes, fabricantes y vendedores, no tan así
para usuarios/consumidores. Esta es una realidad reñida frontalmente con prácticas
clásicas en usuarios devenidos expertos del tema: la construcción o adaptación
de computadoras personales totalmente ajustadas a las necesidades específicas
en cada caso.
Por tanto…tal vez Tim Cook,
actual CEO de Apple tenga razón: los tablets y las PCs son dos cosas
diferentes, y -añade- que no cree en los formatos híbridos, tal vez
en (¿preocupada?) referencia
al muy comentado modelo Surface recientemente anunciada por
Microsoft (junio 2012), como mezcla entre las mejores características
de ambas familias (incluyendo
la muy añorada compatibilidad x86).
Y -entonces- con una
redacción menos alarmista, tal vez podría afirmarse que asistimos al nacimiento
de la nueva generación de computadoras personales (o cualquier otro nombre que se le otorgue a las herramientas con las que
vamos a procesar los datos que necesitamos a cada paso), a ser usadas en combinación con redes y todo
tipo de otros dispositivos igualmente conectados, en lo que vendría a conformar
un sistema de herramientas informáticas con mayor capacidad de apoyar nuestro
quehacer.
¿No apuntan a ello el salto al
ipV6,
conceptos como “la internet de las cosas”
y la masificación de la conexión a nivel mundial?
No hay comentarios:
Publicar un comentario