Problemas con INTERNET...y Umberto Eco (¡sálveme Dios!)

Da miedo enfrentar algo escrito o dicho por un personaje de la cultura como es Umberto Eco. La sola idea de enjuiciar –que ya no contradecir- lo planteado puede ponernos los pelos de punta. Pero…la posibilidad de opinar sobre lo dicho y -obviamente- poder llegar a equivocarnos…no me va a detener, siento una deuda con mi diario quehacer que no me permite pasar por alto algunas ideas que me abordaron durante la lectura de una serie de artículos a partir de una sugerencia de Edy Vidal, del portal Revolico.

Lógicamente, por muy elevado que sea un pensamiento, se debe a las condicionantes que rodean al pensador -para eso de que el hombre piensa como vive-.

Leyendo y releyendo los citados artículos (http://www.portaltic.es/internet/noticia-umberto-eco-internet-parodia-enciclopedia-porque-tambien-incluye-informacion-falsa-20100217175628.html, http://www.elmundo.es/elmundo/2010/02/17/andalucia_sevilla/1266395604.html, http://bibliotecaignoria.blogspot.com/2009/09/umberto-eco-de-internet-gutenberg_16.html, http://www.cronica.com.mx/nota.php?idc=146440, http://alt1040.com/2006/10/humberto-eco-internet-es-una-gran-lacra-para-los-conocimientos-historicos, http://www.20minutos.es/noticia/165369/0/umberto/eco/internet/, http://despuesdeg.com/2010/02/18/umberto-eco-internet-ha-fracasado/) no puedo dejar de pensar en que en las propias palabras de Eco están las respuestas más inmediatas a sus planteamientos.


Él se pronuncia en contra de la tendencia de algunos intelectuales de asumir un papel de oráculo para dar respuesta a todos los problemas. Esa tendencia, según Eco, "tiene que ver con la decadencia de las ideologías y los partidos, y lleva a muchos intelectuales a aparecer en televisión para hablar de múltiples temas". Pero…¿de qué estamos hablando?¿Él se considera exento de este riesgo?

En la Conferencia pronunciada por Umberto Eco el 12 de noviembre de 1996 en la Academia Italiana de estudios avanzados en EE.UU. el propio autor reconoce valores de la plataforma informática, e incluso escribe sobre  “el miedo de que las nuevas adquisiciones tecnológicas puedan eliminar cosas que consideramos preciosas, provechosas, cosas que representan para nosotros valores en sí mismos y con un profundo sentido espiritual.”

Por otro lado, el escritor y semiólogo italiano considera que Internet puede generar una incomunicación en el ámbito global debido a que cada cual puede construirse su particular enciclopedia del saber, imposibilitando los referentes culturales comunes.

“Hoy existe el peligro de que seis mil millones de personas tengan seis mil millones de enciclopedias distintas y ya no puedan entenderse entre ellos para nada”, dice Eco en una entrevista que publica el diario alemán Die Welt. (octubre de 2004)

También podríamos pensar que entre construirnos una enciclopedia personal, a partir de nuestro contacto con nuestra realidad (distinta a la de otros), y consumir solo los conocimientos empaquetados por los que pertenecen a los países de donde vienen las enciclopedias…pues podemos estar tentados de -al menos- probar la primera variante….

Como parte de estos planteamientos, Eco nos da la tesis y la antítesis: “Hasta ahora hemos tratado de demostrar que la llegada de nuevos instrumentos tecnológicos no deja necesariamente obsoletos los viejos. El automóvil es más veloz que la bicicleta, pero los coches no han dejado obsoletas las bicicletas, por el contrario, gracias a los avances tecnológicos, son ahora mejores. La idea de que una nueva tecnología elimina una precedente es demasiado simplificadora.”(septiembre de 2009)

Obviamente nos enfrentamos a una realidad…desmesurada, que sobrepasa los filtros clásicos que permitieron mantener las “riendas” culturales en unas pocas manos iniciadas, que indicaban lo que era “bueno” y lo que quedaba clasificado como “malo”.

“Antes de Internet -según el intelectual italiano- la cultura tenía una función de filtro” que determinaba, por ejemplo, que “saber cuándo murió Julio César es importante, mientras que la fecha de la muerte de su mujer, no. Con Internet esa valoración se anula”, explica Eco (octubre de 2004).

La pregunta que nos puede atormentar después de leer esta declaración es ¿quién decidió lo que es importante? ¿Aboga Eco por la división de los usuarios de INTERNET entre los que deciden y los que consumen?

A continuación anexo algunos párrafos de forma textual, creo que deben ser recibidos en conjunto para poder procesarlos:

“Es cierto que vivimos en una comunidad electrónica, que es verdaderamente global, pero no es un aldea, si por aldea entendemos una comunidad en la que los hombre interactúan unos con otros. Los problemas de una comunidad electrónica son los siguientes:

-Soledad. El nuevo ciudadano de esta comunidad es libre de inventar nuevos textos y de borrar la tradicional división entre autor y lector, pero existe el riesgo de que, a pesar de estar en contacto con el mundo entero a través de la red galáctica, se sienta solo...


-Exceso de información, incapacidad de elegir y discriminar. Suelo decir que en el ejemplar dominical del New York Times es posible encontrar todo lo que se necesite. En sus quinientas páginas se encuentra todo lo que uno quiera saber, tanto sobre los acontecimientos de la última semana, como sobre lo que se espera para la siguiente, pero para leerlo todo no basta una semana entera. ¿Hay diferencia entre un periódico que dice cosas que no se pueden leer y un periódico que no dice nada, como el Pravda? A pesar de eso el lector del NYT puede orientarse entre la reseña de las novedades editoriales, las páginas dedicadas a la TV, los anuncios inmobiliarios, etc. El usuario de Internet no tiene la misma posibilidad. No se está en grado de seleccionar, al menos de un vistazo, entre una fuente fiable y una absurda.
Se necesita una nueva forma de destreza crítica, una facultad todavía desconocida para seleccionar la información brevemente, con un nuevo sentido común. Lo que se necesita es una nueva forma de educación. Permítaseme decir que en esta perspectiva los libros tendrán un gran papel. Al igual que se necesita un libro impreso para navegar por Internet, se necesitan libros impresos para afrontar críticamente la World Wide Web.”
(septiembre de 2009).

“El usuario de Internet no tiene la misma posibilidad. No se está en grado de seleccionar, al menos de un vistazo, entre una fuente fiable y una absurda”... ¿Y esto, de qué va? Es que ¿en verdad hay alguna diferencia entre apreciar lo fiable y lo falso solo por cambiar el portador de la información?¿Es que el portador hizo variar lo escabroso del otorgamiento de la fiabilidad?¿O será que antes era más fácil por lo simple de escoger cuando solo había una fuente a la que acudir?

No, definitivamente algo no encaja entre todas estas declaraciones de este destacado italiano. No podemos perder de vista que se hicieron en diferentes fechas, algunas tan “tempranas”  como 1996, o tan “actuales” como febrero de 2010, cuando fue investido como doctor honoris causa por la Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla, y afirmó que Internet es una "especie de parodia de la enciclopedia que reúne todo el saber del mundo, porque incluye también información falsa", por lo que consideró que el medio ha "fracasado en su intento por ordenar el conocimiento del mundo disponible"...

Si nos guiamos por esta reciente declaración, en las enciclopedias “convencionales” (las de hojas de papel y carátula dura) podemos dar por sentado que no se incluyeron informaciones falsas… tendríamos que continuar definiendo a qué íbamos a llamar “falsa”, pudiendo también usar “tendenciosas” o “hegemónicas”… y aquí la cosa se iba a empezar a complicar!.

Y un último comentario, de simple usuario de la red: no he podido leer que el objetivo -al menos declarado- del desarrollo de INTERNET, con lo que de intencional o fortuito este teniendo, haya sido precisamente “ordenar el conocimiento del mundo disponible”. A título de lector incansable e investigador aficionado, me resulta una herramienta para ampliar mi acceso -al menos a una parte- del conocimiento acumulado, llevándolo desde unos pocos libros de papel a mi disposición, a la posibilidad de consultar materiales a los que -y tal vez sea ahora un poco dramático, lo reconozco- NUNCA IBA A TENER ACCESO.

¡Ah, es verdad que ahora mis problemas con el otorgamiento de la credibilidad son mayores, claro que sí!

Pero, ¡es que antes ni me enteraba! Cuando, por solo citar un simple ejemplo, consultaba mi UNICO diccionario Larousse (una de las principales fuentes de validación a mi alrededor durante mucho tiempo), lo que allí apareciera era sagrado, inamovible, incuestionable…ahora resulta que si con el cuestionado Google, escribo simplemente DEFINE:palabra, pues me aparecen múltiples opciones, y si, es verdad, puede que muchas sean falsas, producto del retorcido quehacer de convulsos creadores (ver  Mein Kampf, de Adolph Hitler, seguramente impreso y encuadernado con todo lujo), pero también confío en que aparezcan otros muchos aportes, tal vez no verdades absolutas, pero sí que van a dar a mi búsqueda la posibilidad de tener múltiples ángulos de un mismo asunto…y -a título personal- esto me resulta de gran utilidad.

Hay algunas partes de sus declaraciones que no me atrevo ni a comentar. Por ejemplo, cuando  señaló que la función de la cultura "no es sólo conservar cosas, sino, también, saber desecharlas”, indicando, en este sentido, que una biblioteca es la imagen representativa de una cultura "no sólo por los libros que tiene, sino también por los libros que no ha querido tener"(febrero 2010).

 No sé por qué me han venido a la mente lecturas sobre quema de libros en momentos convulsos y posteriormente lamentados de la historia, o apuntes en que se narran las múltiples ocasiones en que grupos de investigadores han tenido que recorrer de nuevo largos y complicados caminos para arribar a las mismas conclusiones a que ya se habían llegado con anterioridad, desechadas por haberse considerado -en su momento- superfluas, innecesarias o simplemente de poco interés para los regentes de determinadas instituciones “culturales”.

Indudablemente, ante un suceso -herramienta o plataforma, cualquier nombre le viene bien- como INTERNET y sus repercusiones, surgen dudas a cada paso, nunca el hombre se había enfrentado -tal vez- a una herramienta de tamaña potencia, y una frase como la siguiente puede ser una buena recomendación a seguir:

"Cualquier orden posible de nuestros conocimientos tendrá que ser elaborado usando la enciclopedia infinita de la web, pero sin sucumbir al vértigo de su laberinto".(febrero 2010)

¿Qué tiene de particular este planteamiento? Bueno, pues que…también es de la autoría de ese grande que se llama Umberto Eco.

No hay comentarios: