Cuando Eugene Kaspersky en septiembre de 2010 declaraba públicamente: "El virus Stuxnet marca el nacimiento de un nuevo mundo" no estaba haciendo exactamente una declaración de optimismo y confianza en el futuro, sino -más bien- todo lo contrario.
La preocupación que invadió al mundo con la aparición de Stuxnet en algunos países asiáticos produjo asociaciones de trabajo (como la concretada entre Microsoft y la empresa de antivirus Kaspersky) nunca antes vista, hay que recordar que -incluso- Microsoft tiene un antivirus propio de reciente aparición, y sin embargo, no se atrevió a enfrentar sola el reto de los creadores de este programa malicioso. Pero, el tema no paró ahi...
Puntos débiles.
Este virus se aprovechó de varias vulnerabilidades, fallas de seguridad de programas de la empresa Siemens desarrollados sobre la plataforma Windows de Microsoft y fue diseñado para robar datos de Simatic WinCC SCADA, un sistema que debe almacenar datos y mantener control sobre sistemas de producción industrial clásicos en oleoductos, centrales eléctricas, grandes sistemas de comunicación, navegación aérea y marítima, e incluso instalaciones militares.
Según Eugene Kaspersky, fundador de la compañía que produce un famoso programa antivirus, “este programa malicioso no ha sido diseñado para robar dinero, bombardear con spam o acceder a datos personales; ha sido diseñado para sabotear plantas y causar daños en entornos industriales”.
Y hasta aquí…todo ya es historia antigua, incluso hace semanas se comenzó a repartir de forma gratuita en la red un programa que neutraliza al virus Worm.Win32.Stuxnet, nombre completo con que se le conoce en el mundo informático. Pero, hay elementos nuevos -al menos- a nivel de noticias que han aparecido recientemente, y cuya envergadura apunta hacia algo más que un “divertimento” de mentes informáticas.
¿Quién es quién?
Los voceros de estas noticias son los de una empresa también conocida a nivel internacional en el tema del enfrentamiento a los virus informáticos: Symantec (fundada en 1982 por Gary Hendrix con un aval de la National Science Foundation, y con sede en Cupertino, California, EEUU) .
A partir de una exhaustiva investigación, han declarado que el programa maligno en cuestión debe haber sido creado en Israel -esta es una declaración de envergadura si recordamos la cercanía de este país con EEUU en todo lo relacionado con política internacional- y tenía como objetivo (y ahora el tema se complica aún más) las instalaciones atómicas en Irán.
¿Cómo saben esto? Stuxnet requiere para su funcionamiento exitoso la existencia en el sistema invadido de conectores de conversión de frecuencia de fabricantes específicos, piezas sometidas a grandes restricciones en lo relacionado con las exportaciones, pues suelen estar relacionadas con procesos vinculados con el enriquecimiento de uranio. Uno de los fabricantes (de 2 posibles) tiene sede en Irán.
De mano en mano.
Otro dato que caracteriza el proceso de infección con este programa es que no está diseñado para comunicarse mediante Internet, sino es distribuido principalmente mediante memorias USB, o sea que viaja de la mano de un portador humano, no como parte de un correo electrónico u otro programa informático, como es clásico en la mayoría de los virus.
También China ha reconocido la infección de gran cantidad de ordenadores y empresas con este código, aunque considera que los ataques provienen desde servidores informáticos ubicados en EEUU.
Todo lo descrito apunta en la dirección de involucrar a algún estado-nación, con acceso a grandes volúmenes de información de inteligencia en la construcción y desarrollo de Stuxnet. Visto desde este ángulo, la aprobación por parte del 61% de los norteamericanos encuestados en lo relacionado con que el gobierno del país tenga un control central (“un botón”) con el que detener los servicios de Internet en caso de un ataque cibernético malintencionado, cobra un nuevo significado.
De mal en peor...
Obviamente estos son asuntos que poco benefician a la humanidad en su conjunto, al crear trabas y matizar los procesos relacionados con el libre tráfico por las redes informáticas, justificando medidas proteccionistas y elevando la participación de empresas y figuras vinculadas con acciones bélicas más que con la búsqueda de soluciones a tanta necesidad que rodea a este nuestro planeta.
¡Falta haría que tanta mente brillante que se dedica a craquear programas de juegos y teléfonos móviles desviara su atención en función de evitar y resolver estos asuntos, lo que -definitivamente- resultaría más provechoso!
Seguramente, tal y como recientemente hizo la empresa Adafruit publicando que entregaría 3000 usd al que lograra programar los manipuladores de Kinetic (el nuevo aparato de juegos de Microsoft) para usarlo desde una computadora personal cualquiera (algo que no debe haber alegrado al equipo de Microsoft), también se podrían lograr fórmulas que motivaran la “creatividad” de los especialistas en software en previsión al desarrollo y propagación de estos jinetes de la Apocalipsis de la era digital.
¡Este mundo loco…!
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