El peligro de ducharse.

El vaso medio lleno…o medio vacío, es una situación hipotética que nos muestra cómo -con frecuencia- nuestro accionar, nuestras conclusiones sobre algo, pueden estar en dependencia o al menos matizadas por la forma de “enfocar” la realidad.

La cotidianidad está plagada de situaciones de este tipo, donde ante un mismo suceso, un grupo de personas adopta una postura o punto de vista, mientras otros grupos construyen sus enfoques desde ángulos distintos -incluso opuestos-. Términos de actualidad como la neutralidad en la red, los derechos de autor, la libertad de intercambio de información o  de expresión  y el código abierto están frecuentemente sometidos a este tipo de análisis “antagónicos”.

En especial el desarrollo de herramientas informáticas que funcionan con sistemas operativos y aplicaciones del tipo “open source” o código abierto han dado pie a la elaboración de ejemplos en los que una parte de los usuarios hacen loas de lo alcanzado, mientras que los otros…se cuestionan la validez, la seriedad y hasta la conveniencia social de los mismos .

Deslices sobre Androide.

Recién en octubre de 2010 se conocían los resultados de una investigación llevada a cabo por un equipo de INTEL en colaboración con dos universidades norteamericanas, que había sometido a escrutinio aproximadamente 30 aplicaciones de las 350 más descargadas de la tienda de Androide, y concluyeron que el 15% de las mismas exportaba datos del móvil en que se habían instalado sin solicitar autorización a sus dueños, incluyendo en los envíos el número de IMEI, número del teléfono y número de serie de la tarjeta SIM, entre otras ”menudencias”…. Y hasta aquí, el tema es ya bastante preocupante, aunque solo atañe a programadores mal intencionados, interesados en capturar datos personales para su manejo estadístico o de matices más oscuros…

Pero hay otro ejemplo que viene a ser un especial botón de muestra en lo referido a las diversas formas de enfrentar un mismo asunto. Una aplicación llamada SMS Replicator, de la empresa DLP Mobile, debió ser recientemente retirada del mercado de Androide por diversos cuestionamientos de -al menos- una mitad de los involucrados.

¿En que consistió el disgusto de esta parte de los implicados en el uso de esta “moderna” aplicación? Bueno, muy simple: después de instalado este programa en un teléfono móvil, una copia de cada mensaje de texto tipo SMS que entre  o salga del mismo será enviada al número suministrado por el que lo haya instalado.

Los creadores de esta aplicación declararon -públicamente- que el objetivo de la misma era conocer la fidelidad de las personas con que nos involucramos (nuestras parejas, por ejemplo) aunque, sin tener que esforzarnos demasiado, podríamos imaginar otros usos menos “románticos” y más vinculados al mundo del espionaje industrial y otros campos vecinos, donde mensajes portadores de datos de una institución, centro de investigación, políticos, corredores de bolsa, bancos y otros tantos irían a dar a “oídos” ajenos.

Y nada será igual...

Obviamente, podemos estarnos preguntando ¿y cómo iría a parar esta aplicación indeseable a nuestro móvil? Bueno, la propuesta de la empresa DLP Mobile a los usuarios de su -al menos- controvertida aplicación es simple: ¡aproveche cuando su pareja se esté bañando!  Pero…¿y cómo es que el dueño del móvil no se percata de esta inclusión?

Después de instalada, la aplicación no tiene vínculos con un ícono visible, y tampoco da señales de los SMS que envía sin autorización. Habría que ver ¿qué podrá pensar ahora una persona a la que su pareja le regale un móvil de última generación por su cumpleaños, o el ejecutivo al que su empresa le entregue una de estas herramientas para su trabajo, o el político que deba escoger uno de estos modelos para su conexión con otros miembros de su equipo?

Aunque Google retiró de sus tiendas a SMS Replicator, esto no significa que haya terminado su historia, pues la propia empresa creadora puede ofertarlo en sus propios sitios, o en otros igualmente dedicados a distribuir aplicaciones de los más diversos creadores concebidas para ejecutarse sobre el sistema operativo Androide.

Bajo una óptica francamente pesimista, este puede ser solo el comienzo -si no ya no un segundo o tercer episodio-  de una saga en la que la propia característica de los sistemas “open source” va a permitir la inclusión de más de un creador en el mundo de las aplicaciones a nuestra disposición, sin tomar en cuenta intenciones o repercusiones, al final cualquier conocedor de nivel básico de la programación informática podrá construir sus segmentos de código y distribuirlos por doquier, con tal de que sea capaz de hacer un poco de publicidad inteligente, comenzando por las redes sociales.

Más no siempre es mejor.

Desde este negativo punto de vista, podríamos pensar :¿qué va a suceder con los virus?¿es que -acaso- este programa no pertenece ya a la familia de los troyanos, tal y como sucedió con el que la empresa Energizer distribuyó con un cargador USB para baterías, que -supuestamente- permitía conocer el estado de la carga, pero que -paralelamente- permitía controlar de forma remota la computadora en que estuviera instalado, además de enviar y recibir archivos ?

El estricto control de Apple sobre la construcción, aprobación y comercialización de aplicaciones  en sus tiendas (AppStore) no parece -ahora- tan inconveniente...¿quién lo hubiera dicho, no?  ¡Pero es que ellos limitan la creación colaborativa, inhiben la participación masiva, frenan el desarrollo!

¿Y entonces…?  ¡Ya lo decíamos al inicio, el vaso medio lleno…o medio vacío!


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