El avance logrado gracias a la aplicación de las tecnologías informáticas suele generar situaciones francamente contradictorias: por ejemplo, la que acompaña a la popularización de los tabletPC y el consumo “pirata” de literatura en soporte digital.
Si vemos -y creemos- algunas cifras, por ejemplo relacionadas con las ventas del “buque insignia” de los tabletPC, el iPad de Apple, el mismo día de la salida al mercado (primer fin de semana de abril) en EEUU se vendieron…300 000 unidades! Para junio de 2010, habían vendido más de 3 millones, en octubre llegaban a 7.5 millones, y según pronósticos, se llegarán a vender casi 20 millones de unidades -no solo del iPad, ahora también compiten modelos de Samsung, DELL, Toshiba, entre otros- antes de que termine el 2010.
Por tanto…la cuenta es simple: para 2011 habrá unos cuantos millones de personas a la búsqueda de explotar las potencialidades de sus flamantes herramientas, a los que se sumarán otros 50 millones durante este nuevo año, de cumplirse los pronósticos de la consultora especializada en tecnología Gartner.
¿Y…entonces?
Este crecimiento en la demanda de los tabletPC está teniendo repercusiones inmediatas en órbitas paralelas, como es el caso de la disminución apreciable de ventas de las otrora famosas netbook, lo que ha llevado a fabricantes como Asus a lanzar nuevos modelos que se elevan sustancialmente sus prestaciones, colocándolas ahora muy cerca de los portátiles convencionales tipo laptop, a partir de usar procesadores de mayores prestaciones como el Intel ATOM 525 y 550 (ambos de doble núcleo) e incluir discos duros de 250 gb y memorias ram de hasta 4 gb, bien alejados de los modelos originales.
Igualmente, ha justificado la preocupación de las casas editoras de libros “convencionales”, que han visto disminuir sustancialmente sus ventas, mientras el mercado “pirata” de libros en soporte digital crece aceleradamente, y este es un asunto sumamente escabroso: por un lado, es la lectura una práctica beneficiosa en grado superlativo, es una suerte que hayan aparecido herramientas que faciliten el acceso y “consumo” de literatura de todo tipo, incluida la relacionada con procesos docentes de cualquier nivel, como es el caso de las experiencias “piloto” en el continente africano y en algunos países de América del Sur.
El lado oscuro.
Por el otro, el no pago, la no existencia de mecanismos de retribución a los creadores por su obra, ha causado -no sin razón- más de una declaración anunciando la muerte de determinadas funciones como el escritor, el músico y otros tantos vinculados con este tipo de quehacer, encaminado a la socialización de los resultados y la obtención de beneficios dentro de este proceso.
Según reportes europeos, el aumento en flecha de las ventas de este tipo de herramienta que facilita el consumo de literatura en “soporte” digital ha sido la causa de que, durante 2009, se pasara de un 19 a un 35% de descargas ilegales con respecto al total de la literatura consumida.
No obstante…el mercado está buscando ágilmente formas de adecuarse a esta realidad en crecimiento: con fecha julio de 2010, la empresa Amazon, minorista en INTERNET, declaró que durante el primer trimestre de este año vendió 143 libros en soporte digital por cada 100 en soporte convencional (hojas de papel), y consideran que este importante cambio se produjo a partir de que sacaran al mercado una versión de su propio lector de libros digitales (el llamado KINDLE) con un precio sustancialmente menor que los originales, acercándose a los 100 usd.
Por su lado Google, empresa que ha protagonizado más de un “escándalo” relacionado con sus acuerdos con algunas bibliotecas para pasar a soporte digital sus ejemplares, ha propuesto crear un nuevo tipo de “librería” donde el lector no descarga el archivo, sino lo consume “on line”, o sea, lo lee desde la propia red -no lo descarga a su computadora o tabletPC- y con esto evaden algunos de estos engorrosos problemas.
Sacando cuentas.
En resumen, y a pesar de todos estos escollos, solo en 2010 en EU se espera llegar a vender -en alguna de sus variantes- más de 1000 millones de usd en libros digitales, cifra que debe triplicarse para 2015.
Actualmente se trabaja a nivel judicial en varios países “occidentales” en la creación de herramientas legales que permitan la penalización de aquellos sitios de la red dedicados a propiciar la descarga ilegal de archivos (ya sean libros, música, películas) o llegar a la desconexión de aquellas personas que lleven a cabo algún proceder considerado “ilegal” por estar vinculado con este tema de las descargas de archivos ilegales, algo que ha sido criticado por el mismísimo Tim Berners Lee (creador de la WEB) quien acusa a Francia, Reino Unido y Estados Unidos de intentar cortar la libertad de los ciudadanos, sin que exista una clara definición sobre estos temas.
Y por último, en una línea bastante debatida entre gobiernos, comerciantes y consumidores, está el tema del canon por copia privada, un impuesto con que se grava a dispositivos electrónicos que como los quemadores de DVD, las grabadoras de todo tipo, las memorias flash, los discos duros, las impresoras, los escáner, las copiadoras, son concebidos justamente para reproducir algún tipo de creación, por lo que los fabricantes han de pagar un extra cuya recaudación recibirán los autores, editores, productores relacionados legalmente a alguna entidad de gestión de derechos de autor.( Las propuestas actuales están alrededor de 12 euros para los discos duros, 3 para el reproductor de MP3, 1.5 para móviles, 0.3 para memoria flash, entre 8 y 10 para impresoras…)
El peso “específico” que ha tomado el tema del libro digital en el mundo actual puede incluso apreciarse en el hecho de que -recientemente- el New York Times sumará ebooks a sus clásicas listas de best sellers, aunque el soporte clásico de portada dura y hoja de papel sigue teniendo muchos adeptos, algo que se demostró recientemente cuando Umberto Eco, con “El Cementerio de Praga” -su última creación- vendiera 100 000 ejemplares en una semana.
El escenario está listo: múltiples opciones de nuevas herramientas “adornan” las vidrieras en los mercados tecnológicos, las casas editoras tradicionales se deshacen -a toda velocidad- de su letargo ajeno al mundo digital, y la avidez de información de la especie humana parece ser capaz de engullir cuanto recurso se ponga a su disposición…aun cuando convulsione más de un mecanismo “establecido”.
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