Un mundo sin vacaciones.

El mundo no descansa: no importan épocas de grandes olas de frio, o los más tórridos veranos: los días, las semanas, los meses transcurren pletóricos de sucesos, ajenos a los intentos de grandes grupos de humanos que pretenden “vacacionar”, léase alejarse de la rutina, tomar distancia de una cotidianidad que llega a embotar los sentidos.

Últimamente -y de forma muy lamentable- esto se ha visto comprobado en una práctica matizada de eventos preocupantes, atroces muchos de ellos (ver la apocalipsis de la isla de Utoya), que involucran desde los otrora paraísos helénicos, las tierras italianas o la “madre patria”, vinculados -en esta ocasión- por temas relacionados con las finanzas, los pagos, los créditos y otros tantos habitantes de esos oscuros reinos de las finanzas internacionales.

Cuando leemos sobre la calificación que empresas “especializadas” y -últimamente- cuestionadas como Moody, Standard & Poor's y Fitch otorgan a los países según su desempeño financiero y los temas relacionados con la deuda externa, estamos presenciando eventos que -de una forma u otra- involucran no solo a los protagonistas principales (Grecia, Italia, España, Portugal o Estados Unidos) sino a todos aquellos que pueden verse arrastrados (China es el principal acreedor de la deuda estadounidense, con una cifra cercana a los 1,15 billones de dólares o 823.684 millones de euros)  por este movimiento “incontrolado” … o peor, dirigido por oscuros artífices de los múltiples grupos financieros que operan a nivel global.

Pero no: este no ha sido el asunto que me ha motivado a combinar algunas informaciones leídas últimamente.


Un titular de prensa anuncia: “Apple con más dinero que el gobierno de EE.UU.” … y esto puede parecer un contrasentido; de hecho, como empresa norteamericana, forma parte de la estructura financiera, de los “valores” que conforman, sustentan la economía de ese país.

Pero, como ya habíamos comentado, este tema de la deuda externa es complejo, y multifacético, aunque un gráfico que recién conocimos muestra -en su nivel básico- en qué consiste el problema: si un país gasta más que lo que ingresa, necesariamente ha de pedir prestado a otros para poder pagar sus consumos.(Nota: a los efectos de lograr relacionar el gráfico anexo con su contexto histórico, se han marcado los períodos con gobiernos republicanos  y demócratas)

Según cifras aprobadas por el Congreso de EEUU, la deuda solo puede llegar a 14,29 billones de dólares, y… esta cifra ya se alcanzó, aunque por algunas maniobras burocráticas, la situación solo se hará efectiva el próximo 2 de agosto de 2011.

El tema radica, como bien plantea el artículo en cuestión, en que -según los últimos informes sobre las finanzas de Apple- esta empresa cuenta con reservas que alcanzan los US$76.400 millones, habiendo logrado entre abril y junio de 2011, un ingreso neto de US$7.310 millones, 125% más que en el mismo periodo del año anterior.

Este potencial financiero está generando todo tipo de vaticinios, como la posible compra de empresas especializadas en tecnologías del calibre de Barnes and Noble y el sitio de películas en línea Netflix, o de la ampliación de su parque de patentes privadas, recientemente incrementado a partir de la inversión de US$4.500 millones en este tema.

Siguiendo con la comparación propuesta, el gobierno de los EEUU solo cuenta -según el Departamento del Tesoro - con un saldo de efectivo para operaciones de US$73.700 millones. Sin lugar a dudas, esta no es una comparación del todo justa: la administración de una empresa no alcanza el nivel de complejidad del manejo de un país, y obviamente su equipo de “dirección-léase accionistas principales- tienen claro su objetivo principal: lograr incrementar sus ganancias  y el valor de su participación accionaria: cuando esto no se logra, los cambios no se hacen esperar (todavía está en la memoria la decisión que dejó fuera de Yahoo a Jerry Yang, cofundador de la empresa, como parte de la estrategia para salir del bache en el que se encontraban, impulsada por los accionistas, que habían visto disminuir el valor de su participación al frustrarse el intento de compra por parte de Microsoft).

Por su parte, el debate (2011) entre demócratas “en el poder” y republicanos en la “oposición” se ha centrado -principalmente- en esta línea de proteger ganancias, al extremo de haber llegado a un punto muerto, en el que -todo parece indicar- no habrán cambios sustanciales antes del 2 de agosto, cuando este “todopoderoso” gigante caerá en default, término del idioma inglés que define la incapacidad de cumplir con ciertas obligaciones adquiridas.

Sin embargo, esta situación general del tema financiero norteamericano no parece estar afectando -al menos a corto plazo- a algunas de las grandes empresas tecnológicas e informáticas: Yahoo logró en el segundo trimestre de 2011 un beneficio neto de 237 millones de dólares, 11% más que en el mismo periodo de 2010; Microsoft alcanzó un incrementó de un 30%, con  5.874 millones de dólares; y Apple, que asombró a todos al lograr un crecimiento en sus beneficios de un 125%, con ventas récord de 20,34 millones de iPhones y 9,25 millones de iPads. ()

Y es en este sentido que vienen a la mente algunas cifras leídas meses atrás,  cuando se publicaba un cálculo de los costes de producción dedicados a mano de obra de un iPhone 4  en las fábricas de FoxConn, que llegaban a… 4,6 euros. O lo que es lo mismo: sólo un 1,1 por ciento del precio final del producto. Tomando en cuenta un estudio semejante, pero ahora relacionado con los costos en inversión, la cifra estaría cerca de los 150 euros.

Todo este cúmulo de datos e informaciones cruzadas puede estarnos dando una idea de en qué medida deudas nacionales y ganancias  a nivel de empresas, pueden estar vinculados estrechamente: elevar el precio (y la ganancia) de un producto a niveles estratosféricos, puede -a la larga- estar creando una situación de falsa bonanza, que viene a reflejarse en la actual situación de imposibilidad de pago. La creación acelerada (¿indiscriminada?) de nuevas ofertas de productos -en este caso informáticos y de telecomunicaciones-  genera (a la larga) un sobreconsumo a nivel individual que puede estar influyendo en una postura a nivel nacional.

Por tanto, podríamos preguntarnos: ¿es la posición, el estilo impuesto por Apple y su séquito, un esquema efectivo a nivel de un país?

¿ Que el viernes 22 de julio, el Nasdaq 100, índice bursátil que refleja a las órbitas de las tecnologías en Estados Unidos, haya cerrado en uno de sus niveles más altos de los últimos diez años, aun con la incertidumbre generada por el fracaso de las negociaciones sobre la deuda, y en medio de una crisis de desconfianza de los mercados en Europa, puede considerarse una señal inequívoca de que la situación se encuentra en vías de solución?

¿O es que -acaso- se está hablando de “países” dentro de un país?

No hay comentarios: