Acabo de leer un artículo que sugiero y retrata mi forma de pensar al respecto -obviamente caracterizado de forma distinta para cada entorno...-
Justo en estas vacaciones pude "desconectar" pero sin tener que dejar de hacer lo que me gusta y a lo que me dedico. En verdad, no veo como algo grato desconectar por completo de los temas que me interesan, y -entonces- todo queda en un problema de ritmo: vacacionar es hacer las cosas a mi ritmo, lo que de ninguna manera excluye la lectura, la preparación de nuevos temas, el estudio de todo tipo de artículos, folletos, informes de investigaciones...y donde (además) la productividad puede crecer sorprendentemente.
Creo que solo aquellas personas que realicen a diario una labor a disgusto, impuesta, no vocacional, pueden ansiar desconectarse por completo de los temas que atienden...y no dudo que esta situación exista, pero, tal vez -entonces- haya que cambiar de profesión.
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