Einstein en la red (!)

Hay figuras emblemáticas, paradigmáticas, que surgen en un momento dado y, a partir de ahí, sobreviven intocables, como ejemplos míticos para futuras generaciones: Beethoven, Miguel Ángel, Leonardo, Cervantes, Goya, Stradivarius, Pitágoras, Gandhi…y otros muchos.

¿Qué sabemos de ellos?¿Cómo acercarnos a su vida, a su obra?¿Cómo poder validar, sopesar, contrastar lo que -supuestamente- lograron?

Usualmente somos pasto de tanta obra comercial, de tanta leyenda urbana, de tanta historia transmitida de generación en generación (sufriendo el lógico proceso de alteración-degradación-enriquecimiento) que terminamos teniendo una imagen que probablemente poco tiene que ver de la figura que estudiamos.

Es por esto que investigadores, estudiosos e historiadores viajan al lugar de los hechos, a la búsqueda de contactar personalmente -en lo posible- con lo que allí acaeció, entrevistar testigos, leer documentos del momento, ver las realizaciones. Pero, indudablemente, esta es una práctica que -aunque saludable- puede resultar inaccesible para muchos. Imagine usted que decide -por razones personales o profesionales- estudiar a Gandhi, Mandela y Juárez como paradigmas del luchador social de corte popular. ¿Cómo enfrentar tamaña obra?¿Qué significaría moverse a la India, a Suráfrica y a Méjico en lo relacionado con la logística y el soporte financiero?

Incluso, si analizamos con cuidado, probablemente aun si viajamos a los escenarios en que se desarrollaron, al menos en primera instancia podremos solo contactar con lo que alguien decidió que formara parte de la historia pública de estas personalidades, al final el contenido de museos, exposiciones y bibliotecas también son decisión de alguien.

Y entonces…surgió INTERNET: museo, exposición, biblioteca, base de datos, instrumento de exploración, almacén de imágenes y sonidos, plataforma de intercambio y validación. Su dimensión, sus potencialidades como herramienta humana, atemorizan. No se puede negar.

Los alertas surgen por doquier: ¡Cuidado, hay riesgo de que nos estén observando!¿Dónde no?¡Podemos encontrar lo no deseado!¿No será que lo estamos buscando? Porque los contenidos no vienen a nosotros espontáneamente, hay que ir a examinarlos…¡Los niños pueden ser asediados, hay que tomar medidas!¿Esto es un riesgo privativo de la red? Efectivamente, se amplían las probabilidades, o disminuyen, quién sabe…pueden haber más acosadores en nuestro radio de acción, pero hay millones de personas conectadas, la relación podría ser inferior a la que se da -por ejemplo- a la salida de una escuela secundaria urbana. ¡Los adultos debemos mantenernos al tanto de los que los más jóvenes hacen en y con la red!¿Solo con lo que hacen en la red?¿En la vida cotidiana no?

Definitivamente, no son problemas nuevos -en su esencia-, aunque cobran matices renovados, indudablemente. Pero…¡ las posibilidades en otros sentidos son insospechadas !

Recién leíamos sobre una de estas figuras a las que nos referíamos en un inicio: Albert Einstein, figura emblemática, paradigmática del joven irrespetuoso, alocado, expulsado incluso de ciertos centros de enseñanza por su irreverente postura ante materias “sagradas” como la física convencional. Sobrevivió a épocas difíciles, siendo judío de origen tuvo que ingeniárselas para no naufragar ante el nazifascismo, que lo tocó de cerca…

Resulta que esta interesante persona, motivadora de tanta anécdota, de tanto debate alrededor de sus casi inalcanzables -para el humano “promedio”- teorías de la relatividad y sus aplicaciones, decidió dejar en herencia todos sus documentos, notas e investigaciones a la Universidad Hebrea de Jerusalén. ¡Dígame usted…! Estamos hablando de más de 80 000 documentos, posiblemente contenedores de innumerables informaciones, anécdotas, datos, conocimiento sobre este hombre, su obra, su vida en general…que están allá, públicos, pero profundamente insertados en el Medio Oriente, escenario de tanto enfrentamiento bélico que puede obstaculizar las labores de estudio e investigación.

Pues bien, afortunadamente, ha primado la cordura, y la óptica propia de la hoy llamada “sociedad del conocimiento” ha permitido que los responsables de esta “herencia” potencialmente tan ansiada por los estudiosos, hayan decidido …ponerla en INTERNET, a la distancia de uno o dos clicks…

"Es la colección más importante de sus documentos y una colección importante para la historia del siglo XX", dijo Roni Grosz, director del Archivo Einstein en la universidad, y estará disponible en una página web pública que se está creando.

Innegablemente, la red y el accionar humano sobre estos escenarios, nos ponen -a diario- frente a disyuntivas de nuevo tipo: las batallas sobre conceptos como la supervivencia de la propiedad intelectual y su desempeño en el mercado se mantienen activas, y se logran escasos resultados, se aprecia -francamente- más desacuerdo que acuerdo. Las declaraciones de ambas partes van y vienen, algunos creadores se pronuncian en un sentido, otros en otro, los empresarios desarrollan iniciativas de mercado, se intercambian acusaciones ( Ver Bon Jovi VS Steve Jobs), en resumen: la humanidad no sabe muy bien qué hacer con esta herramienta multifacética que ella misma está creando (¡porque no nos está cayendo del cielo, ente paréntesis!).

Pero…poder acceder al contenido de documentos celosamente guardados hasta hace poco en remotos archivos, de difícil acceso, que -para colmo- han de ser sometidos con toda lógica a una cierta restricción de acceso para evitar su deterioro y total desaparición…¡es una maravilla! cuando Google ponía en la red una reproducción fotográfica de “La última cena” de Da Vinci, que podía ser observada en un grado de detalle visual que ni presencialmente se lograría (no dejan acercarse tanto), estábamos presenciando algunas de las magnitudes de esta nuestra nueva herramienta.

Cuando los textos solo contenidos -por razones históricas relacionadas con la fecha de su surgimiento- en formato convencional de papel y cartón, pasaron a estar asequibles en formatos digitales, consumibles desde el más humilde puesto de trabajo informático, con la más simple de las pantallas y el más débil de los procesadores actuales…también estábamos asistiendo al nacimiento de un proceso de socialización del conocimiento acumulado nunca antes imaginado, ni por el más avanzado escritor de ficción.

Por tanto, hoy la humanidad tiene una voz colectiva, un saber colectivo, un oído colectivo, ojos colectivos, y puede -si se organiza y lo entiende conveniente- actuar como una sola, en equipo, y enfrentar la solución de los problemas sin algunas de las limitaciones impuestas por la geografía, los idiomas y los malos entendidos históricos.

¡Bien valdría la pena enfrentar los riesgos y las acechanzas, si lográramos tamaña coherencia, no le parece?

1 comentario:

Anita dijo...

Me gusta este programa y creo es muy instructivo. Pero creo que deben buscar un horario más estelar para que se aumente su teleaudiencia. la tecnología digital es el futuro y aqui se aprende mucho de la actualidad en el mundo.